¿Qué habilidades requiere un buen Editor de Contenidos?
La buena ortografía o la capacidad de síntesis son cualidades claves en todo editor de contenidos, pero no son las únicas. A continuación, las principales habilidades que debes tener para ocupar este cargo.
Ser un buen editor de contenidos no solo implica rectificar la ortografía, aprobar el uso de una imagen o verificar la nitidez de un audio. El editor debe ser capaz de coordinar un equipo de trabajo y asegurar la calidad del material que este publica, pero además, necesita de importantes habilidades para desarrollar su función correctamente.
1. Ser un gran lector: la lectura le permitirá estar informado, ser más crítico y creativo, identificar tendencias, incrementar el vocabulario, tener mayor capacidad de análisis e interpretación de textos. En síntesis, potenciar el intelecto.
2. Ser detallista en la corrección de contenidos: revisar información no se refiere únicamente a identificar faltas ortográficas, detectar errores conceptuales y de estilo o rectificar la puntuación; también se debe evaluar la estructura y coherencia del texto, la calidad y originalidad del contenido, la incorporación de elementos gráficos o digitales, y la idoneidad de las fuentes empleadas.
3. Saber escuchar y comunicar con respeto: el feedback es un elemento imprescindible en toda relación laboral. Un buen editor es capaz de transmitir conocimiento, pero también está dispuesto a aprender de su equipo. Es una persona receptiva, abierta a la crítica y dispuesta a asumir y resolver sus errores, entendiendo que el famoso “yo soy el que manda y usted solo acata”, no puede ni debe ser un recurso válido.
4. Manejar herramientas online y software: quien edita debe conocer sobre gestores de contenidos, programas de edición digital, uso de redes sociales e inclusive tener, al menos, una noción básica de HTML. Hoy, existen plataformas que permiten acceder al código fuente para editar las características del texto, como los colores de celda, el tipo y tamaño de fuentes, la posición de números y letras, la incorporación de símbolos, etcétera. De ahí la importancia de familiarizarse con lenguajes informáticos.
5. Ser proactivo y resolutivo: este profesional debe ser un gestor de ideas que permitan aportar nuevo contenido, proponer mejoras al que está en curso o reemplazar alguno que no pudo ser publicado. Tiene que generar cambios constructivos en su entorno y asumir la responsabilidad de sus actos.
En resumen, un buen editor tiene capacidad de liderazgo, es consciente del poder y responsabilidad que implica informar, hace frente a las posibles dificultades, sabe que su camino es de constante aprendizaje, y actúa teniendo como prioridad el bienestar de su equipo y la calidad del trabajo entregado.