12 mitos del redactor Freelance
Historias y mitos hay por montones, sobre todo en temas que no se conocen. De esto sabe mucho el redactor freelance. Si bien, se trata de una tendencia que cada vez suma más pros que contras, existe gente que no conoce los beneficios de contar con un profesional con estas características.
1. Es sinónimo de una persona poco profesional
El mito: El redactor freelance no es capaz de ajustarse a reglas, horarios ni a procedimientos estándar. Vive la vida de una manera ligera y va donde el viento lo lleva.
La realidad: Un profesional freelance no se preciaría de serlo, si no tuviera claro el concepto de la responsabilidad y el profesionalismo. Crear un negocio propio depende de uno mismo y la cantidad de proyectos cerrados también. Es difícil no ajustarse a reglas ni procedimientos en este sentido.
Del mito a la realidad: El freelance debe tener un horario establecido, una jornada, sus propias rutinas y una forma de trabajo. Sino, está destinado a fracasar.
2. Trabajan desde su cama todo el tiempo
El mito: La tentación de no vestirte puede ser grande y si no hay quien te vea durante todo el día ¿Para qué hacerlo? Es así como comienza tu día con un computador prendido, un suministro sin fin de café y el mismo pijama con el que dormiste la noche anterior.
La realidad: Lamentablemente no motivarte a ti mismo a vestirte en la mañana, tiene un comprobado impacto en tus niveles de motivación. Así dicen varios expertos, entre ellos Andrew Handley, bloggero famoso por hablar del home office, en que manifiesta el gran impacto que tiene en nuestro cerebro la manera en que nos vestimos, llevándonos a percibir el rol que debemos cumplir y nos motiva a cumplirlo. Esto sucede, por ejemplo, cuando en la rutina de los niños se les invita a ponerse pijama, minutos antes de acostarse. El cerebro capta dicha rutina para ir a descansar. Lo mismo sucede al levantarnos. Sacarnos el pijama y vestirnos, es la comprobación de que el descanso terminó y que debo estar activo y alerta.
Del mito a la realidad: Es posible estar con pijama un día o dos y realmente no sucederá nada malo. Pero el redactor freelance debe tener versatilidad hasta en su ropa. Esto, porque deberá asistir a reuniones importantes, formales y otras no tanto; calzar zapatillas, pantuflas o zapatos de vestir, indistintamente, dependiendo de la ocasión.
3. El pago no necesita fechas y puedes triplicarlo fácilmente
El mito: Como todo depende de ti, puedes cobrar tu propio precio por horas y la carga laboral irá en directa proporción a los proyectos que aceptes o rechaces, es común pensar que nadarás en dinero apenas decidas enfocarte en este nuevo camino. ¡Por supuesto! Trabajarás con champagne y manejarás un Audi del año en poco tiempo.
La realidad: Convertirse en redactor freelance es partir de cero. Nuevo trabajo, nuevos ritmos y nuevos clientes. Esto significa aprender a cobrar el pago acordado, porque no será depositado mágicamente en tu cuenta como antes, y además será todo un trabajo el contar con una cifra estable mes a mes. Es aquí donde debes tener ahorros que te permitan mantenerte a flote, mientras te haces el necesario nombre. Pero nadie nada en dinero al instante de salir.
Del mito a la realidad: Una buena negociación, un par de buenos clientes, buenas referencias y reputación perfectamente harán que levantes un montón más de dinero del que te hacías en la oficina. Al comienzo, muchos freelance escogen hacer ambas cosas paralelas, mientras construyen su experiencia, redes y una base de clientes suficientes para hacerse un soporte.
4. Tu eres tu propio jefe
El mito: You’re the Boss. Y eso basta para que la independencia valga totalmente la pena. Se terminó la tiranía y las solicitudes absurdas. Es tu trabajo y solamente tú eres el responsable de ello, por lo que puedes hacerlo como te plazca.
La realidad: Tienes que hacerlo absolutamente todo. Sí, efectivamente eres tu propio jefe, entonces debes escoger los proyectos y clientes correctos, cobrar y usar tu experiencia. Efectivamente eres el jefe y todo depende de ti.
Del mito a la realidad: La verdad es que aprenderás muchísimo, sobre todas las disciplinas existentes. Para ello, debes rodearte de personas competentes, que ya lleven camino recorrido al respecto. Es cierto, ser tu propio jefe es magnífico para desarrollar las habilidades y la creatividad, y también la disciplina y organización, ya que nadie te dirá qué es lo que debes hacer.
5. Puedes enfocarte completamente en lo que quieres hacer
El mito: Si eres freelance podrás enfocarte completamente en lo que te gusta y realmente amas hacer. Puedes dar un impulso creativo a tu vida y ser artista, escritor, diseñador y freelance. Es más, puedo ganar dinero con todo lo que amo hacer.
La realidad: Eres tu propia compañía y esto significa realizar labores administrativas, de contabilidad, presupuestos, campañas de marketing, responder a los clientes y un sinfín de tareas que quizás no te gusten, pero que debes realizar. Esto, al menos en una primera instancia, cuando te encuentres posicionando tu empresa.
Del mito a la realidad: Es posible hacer muchas cosas que realmente amas. Sin embargo, también debes aprender de otras disciplinas que quizás nunca antes viste. Esto también servirá para conocer tus talentos y limitaciones. Por ejemplo. Si realmente no sabes nada de contabilidad, podrás tener como prioridad contratar un contador o alguien que pueda ayudarte en esta área, como prioridad, cuando el negocio comience a despegar.
6. Tu tiempo es tu tiempo
El mito: Como freelance tienes todo el tiempo en tus manos, puedes terminar temprano el viernes y correr a la playa. Mientras tanto, tus amigos deben seguir encerrados en sus oficinas.
Realidad: Cuando trabajas en una oficina tienes un horario. Hacerlo por tu cuenta significa que tienes proyectos y mucho más trabajo, especialmente si lo haces desde casa. Por ello, en ocasiones el tiempo que debes designar a las distintas tareas es mayor.
Del mito a la realidad: Sí, hay días en que podrás tirar todos los papeles al aire y salir a caminar al parque o a andar en bicicleta. También puedes designar el lunes como la jornada más larga y así liberar algunas horas del jueves y viernes para actividades de esparcimiento. Todo dependerá de la organización que tengas y cómo la cumplas. Es posible tener libertad y descanso, pero siempre que cumplamos nuestros propios plazos.
7. Es muchos menos estresante que trabajar para alguien
El mito: Tienes la oportunidad de enfocarte y hacer dinero con la pasión de tu vida. No es necesario lidiar con la burocracia de una oficina, el llenado de formularios de salida o reuniones sin sentido. Tampoco tienes la presión de un jefe indicándote qué cosas hacer y cuáles no.
La realidad: Como freelance estás corriendo con tu propio proyecto. En este sentido, tú eres tu compañía, vendes personas, eres el jefe de proyecto, etc. Y esto en ocasiones resulta ser mucho más estresante que cumplir un horario y trabajo definidos por un tercero.
Del mito a la realidad: Mientras más experto te vuelves, mayor es la experiencia que vas a adquirir y con la que vas a dirigir tus proyectos, clientes y tu tiempo.
8. El trabajo nunca vuelve a ser realmente trabajo
El mito: Desayunar y tener reuniones en hermosos cafés, poder tomar la siesta de la tarde, terminar la semana un miércoles en la tarde y dedicar horas a la contemplación de la vida. Esa es la realidad y a ello no es posible llamarlo realmente trabajo.
La realidad: Trabajarás igualmente duro que si estuvieras en una oficina. Es más, quizás mucho más que a tiempo completo o con un horario definido.
Del mito a la realidad: Quizás tener reuniones en un lindo café es una buena idea, no obstante, correr de un lado para otro también es algo que este sistema de vida trae consigo y que en ocasiones se vuelve agotador.
9. Trabajar desde casa es asombroso
El mito: No necesito nada más que mi espacio y mi conexión a internet.
La realidad: Sí, es increíble, pero también es muy difícil. Si trabajas en tu propio hogar no marcas el comienzo y final de una jornada, por lo que puedes excederte en los horarios, dedicar tiempo para “avanzar” indefinidamente (siempre habrá algo más por hacer…) y además existen cientos de distracciones como el cable, tus hijos o tu mullida cama.
Del mito a la realidad: Una buena idea es tomar un trabajo part time o de algunas horas, que permitan hacer de la semana un tiempo para socializar y además mantenerte coordinado en los tiempos. De ese modo, puedes disfrutar de tu libertad freelance, pero a la vez, también interactúas con otra gente, generas rutinas y complementas ambas cosas.
10. Tienes más tiempo para tu familia y tus amigos
El mito: Se han convertido en una “mariposa social”.
La realidad: Nuestros amigos siguen con sus trabajos estándar. Y, si bien es cierto, nuestra historia ha inspirado a unos pocos que han decidido emprender, la verdad es que muchos de ellos continúan con un horario estricto.
Del mito a la realidad: Ser freelance significa conocer nuevas personas constantemente, lo que puede permitirnos generar nuevos lazos con otros profesionales que funcionen como nosotros. De este modo, nuestro círculo social se amplía y podemos realizar actividades extraprogramática en “nuestros” horarios, sin tener que adecuarnos siempre a nuestros cercanos con jornada laboral completa.
11. Para trabajar debo gastar mucho dinero de “Mi bolsillo”
El mito: Pasajes, locomoción, el equipo con el que trabajo, almuerzos, cenas, etc. Salen del bolsillo del profesional freelance siempre.
La realidad: Es cierto, no recibimos viáticos ni bonos. Por ello debemos ser cuidadosos con nuestro dinero.
Del Mito a la realidad: Cuando se cobra por un proyecto, se debe tener en cuenta todos estos ítems también, los que deberían ir incluidos como un ítem dentro del presupuesto, o bien, en el precio final. De este modo, es el cliente quien estará “pagando” de manera indirecta, nuestras necesidades básicas como un café, almuerzo o una parte de la cuota del computador que compré con fines laborales.
12. Están disponibles a toda hora y en todo lugar
El mito: Al cerrar el trato te dieron su teléfono, su WhatsApp y su e-mail. Por eso, el cliente está en todo su derecho de llamar o escribir a la hora que sea, incluidos fines de semana. Total, trabaja en su casa ¿No?
La realidad: El trabajo freelance es un trabajo como cualquier otro. La diferencia es que es el mismo profesional que regula su tiempo y sus horarios, pone fechas límites a proyectos y también decide a qué hora contestará (o no) una llamada o mensaje.
Del mito a la realidad: Define siempre un horario y dáselo a conocer al cliente. Una, dos, tres veces, en realidad las que sean necesarias para que comprenda. De ti depende darle a tu trabajo la seriedad que merece.