10 malas prácticas de un Editor de Contenidos
El papel del editor es fundamental dentro del Marketing de Contenidos, al realizar una corrección exhaustiva de la información. Pero cuando se otorga atribuciones innecesarias o adopta una actitud inadecuada, puede poner en riesgo el éxito de la estrategia y el trabajo en equipo.
Si desempeñas ese cargo, revisa cuáles son las prácticas que no debes incorporar a tu trabajo:
1. Asumir que siempre tienes la razón
Es indispensable entender que una acción u opinión propia puede ser errada y que probablemente otros estén en lo correcto. Si un editor de contenidos se adjudica la etiqueta de “sabelotodo”, no solo generará un tenso ambiente laboral, sino que también seguirá cometiendo equivocaciones.
2. Negarse a aceptar críticas
Éstas pueden convertirse en una excelente oportunidad para mejorar y crecer como profesional. Escucha a los demás, no desarrolles una mentalidad infranqueable; de nada servirá que consideres a todas las críticas como un ataque personal, siempre habrá una o varias bastante constructivas, aprovéchalas.
3. Mantener una escasa o nula retroalimentación con tus redactores
La oficina del editor no debe ser un Olimpo, sentirse un dios no es sinónimo de liderazgo. Tienes que comunicarte con tu equipo, plantear tus ideas y dejar que ellos también te digan las propias, para así, nutrirse mutuamente y trabajar en armonía.
4. Desconocer o subestimar el potencial de tu equipo
Creer que los conocimientos propios son mejores o los más importantes, es cometer otra equivocación. La gracia de trabajar en equipo es aunar experiencias y aportar entre todos. Siempre habrá alguien que sabe algo que tú no.
5. No corroborar la información
Si bien cada uno de tus redactores contará con la preparación profesional necesaria, puede que se cometa algún error involuntario o exista algo que requiera una modificación; por lo tanto, es necesario que leas atentamente el material entregado, antes de publicarlo.
6. Ser reactivo en vez de proactivo
Un editor de contenidos debe asumir el control de los hechos, correspondientes a su cargo, y tomar la iniciativa para generar acciones que apunten a un cambio o mejora; en vez de quedarse mirando cómo ocurren las cosas. Por ejemplo, si sabes que, en unas semanas, se desarrollará un evento muy importante y de interés para tus lectores, es mejor planificar la cobertura con tiempo, para evitar posibles dificultades técnicas o de acceso a la actividad, el día de su realización.
7. Reescribir un artículo sin consultar al redactor
Asumiendo que tus escritores cumplen con estándares de calidad, no tendrías por qué hacer una mega cirugía al contenido entregado. Editar no significa rehacer un texto, y en caso de que necesite una gran modificación, debes comunicárselo al autor con las indicaciones correspondientes; de lo contrario, estarás atropellando su trabajo. Recuerda, el respeto es fundamental.
8. Delegar un exceso de funciones
Como bien se afirma en el sitio Showbox, tu equipo no es un reloj suizo, no puedes asignar una enorme cantidad de responsabilidades y esperar que todas ellas se cumplan a tiempo. Ten presente que la calidad es más importante que la cantidad y que, por lo tanto, debes conversar con tus redactores para establecer plazos reales.
9. Ser impaciente
Si ya se fijaron tiempos de entrega, no insistas en presionar a tu equipo para que el trabajo termine antes, ni tampoco actúes de modo irascible cuando surge un problema o una dificultad. Los editores deben tener una elevada cuota de paciencia.
10. No entender la diferencia entre escribir para el papel y para la web
Contrario a lo que ocurre en el mundo online, el papel no sabe de keywords, posicionamiento en buscadores, KPIs, ni construcción de Inbound links. Técnicamente, no es necesario ser experto en SEO para que un diario o revista aumente sus ventas en el quiosco de la esquina o en una estantería de supermercado. Sin embargo, cuando hablamos de una versión digital, la historia es distinta y, en consecuencia, tanto redactores como editores deben adecuarse a esa característica.
Un editor de contenidos es una importante pieza para contribuir al buen ambiente laboral. Sé inclusivo, actúa con criterio y mucho respeto. De ese modo, mantendrás a tu equipo, no mancharás tu imagen como profesional y no pondrás en peligro todo el trabajo que implica una estrategia de Marketing de Contenidos.