6 tips para desarrollar una buena infografía

Nov 26, 20153 min de lectura
Publicado por Lorna Campos
Una computadora portátil con un café en la mesa.
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Las infografías son ideales para mostrar datos complejos de forma amigable. A continuación, descubre algunos consejos para sacar el máximo partido a este formato en tus estrategias de contenidos.

Con una infografía podemos facilitar el acceso a información compleja, haciéndola más comprensible y atractiva para el usuario. Mediante ella se puede explicar un concepto, entregar los pasos para desarrollar una exitosa estrategia de social media o contextualizar un hecho histórico, político, social o económico.

Pero una buena infografía, es mucho más que un fondo llamativo acompañado de letras e imágenes, en ella hay un proceso compuesto por una serie de pasos que pueden tomar horas, días e incluso meses. Veamos de qué tratan.

1. Conocer y verificar los datos que se utilizarán: tras definir el tema y antes de resolver el aspecto gráfico, se debe investigar, analizar y contrastar los datos. Por ejemplo, podemos hacer entrevistas a fuentes fiables, buscar contenido en organismos oficiales, ayudarnos mediante libros, sitios especializados, artículos propios, redes sociales, etcétera. Pero lo más importante, es asegurar la calidad y veracidad del contenido, ello es la base de toda buena infografía.

2. Limpiar y jerarquizar la información: luego de recabar lo que comunicaremos, es indispensable realizar una limpieza de esos datos, para evitar transmitir contenido irrelevante. Realizado ese paso, debemos definir el orden de la información, lo cual dependerá de sus características. ¿Se trata de fechas?, ¿reseñas biográficas?, ¿etapas de un proceso histórico?, ¿consejos para desarrollar alguna actividad? La esencia de tu infografía te ayudará a jerarquizar su contenido.

3. Realizar un diseño funcional, atractivo y original: en esta etapa es útil realizar bocetos basándose en el tipo de información que se incluirá. De ese modo puedes decidir el mejor diseño para un contenido cronológico, estadístico, geográfico, descriptivo, etcétera. Incluso podrías agregar audio y movimiento o hacer figuras tridimensionales con papel o algún material moldeable, fotografiarlo e incluirlo en las capas del programa de edición digital con que trabajas. Acá es importante crear y no copiar

4. Redactar un título representativo: elige uno directo, idealmente corto, que llame la atención y englobe totalmente lo que se quiere comunicar. Por ejemplo, “El resplandor de la cultura griega”. De ser necesario, también puedes agregar un subtítulo o una breve bajada.

5. Emplear textos cortos: recuerda que en una pieza infográfica se debe privilegiar lo visual, por lo tanto, dosifica lo escrito y deja espacios en blanco. Ten presente que las figuras, esquemas o imágenes también comunican. Y no olvides que el tamaño y tipo de letra que emplees, es otro factor a considerar; esta debe ser clara y armónica para no interferir con el mensaje.

6. Incluir las fuentes y nombre del infógrafo: cada vez que utilices información ajena, ten como norma citar al autor original en los créditos. Hazlo al pie de la infografía e incluye tu nombre como autor; así no sólo darás a conocer tu trabajo, sino que además, te harás responsable de él.

Por cierto, hay una serie de herramientas que te ayudarán con esta tarea, desde bancos de imágenes gratuitas o Creative Commons hasta programas y sitios como Photoshop, After Effects, Visually, Canva, Piktochart, entre otros.

Y si deseas aprender más sobre este tema, te recomiendo conocer el trabajo del editor senior de infografía en la revista National Geographic, en Washington, Fernando Baptista; un español ampliamente reconocido y premiado en su área.

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