5 habilidades que requiere un redactor de contenidos
Tener excelente ortografía y ser un amante de la lectura, son dos condiciones indispensables en un buen redactor. Pero escribir bien involucra mucho más que diferenciar “haber” de “a ver” o tener un amplio vocabulario, también es necesario desarrollar habilidades que permitan realizar una tarea completa.
1. Poder de síntesis: a un lector no le interesará leer en cinco párrafos lo que puede leer en dos. Quien redacta debe ser capaz de extraer lo medular de la información, eliminando palabras o expresiones innecesarias y manteniendo el sentido original de lo que se expondrá. Sintetizar no significa tergiversar.
2. Ser creativo: en el mundo de la redacción, la búsqueda y entrega de nuevas ideas es un factor importante; nadie deseará leer o escuchar lo mismo que han publicado, reiteradamente, otros medios. La fórmula de la creatividad implica pensar en elementos diferenciadores, por ejemplo, tratar un tema desde otro flanco, investigar sobre uno que no ha sido abordado, incorporar infografías, videos, entrevistas, etcétera.
3. Transmitir información de manera clara y efectiva: un buen redactor es capaz de hacer que lo complejo sea comprensible para todos. Probablemente un texto sobre desaceleración económica, es chino para muchos; pero si quien lo escribe contextualiza el contenido y lo complementa con ejemplos reales, la recepción será distinta.
4. Dominar programas o herramientas digitales: tal como ocurre con quienes editan, el manejo de software y de herramientas online, es una habilidad que los redactores tampoco deben obviar. Por ejemplo, saber qué códigos agregar en una planilla de HTML, familiarizarse con gestores de contenidos o CMS y utilizar programas de edición gráfica, son conocimientos de gran utilidad.
5. Manejar operaciones numéricas: la cantidad de historias que se pueden extraer desde datos estadísticos, es enorme. Por lo mismo, la limpieza, análisis, interpretación y visualización de éstos, no debiesen ser ajenos a un redactor. Ahí será de mucha ayuda saber de gráficos, operaciones matemáticas e incluso manejar idiomas como el inglés.
Pero hay otros elementos que no debemos olvidar. Esta tarea requiere de respeto por el trabajo propio y el de los demás, de autocrítica, de responsabilidad con los compromisos, de observación, de contacto con el mundo, de mucha perseverancia y de disponibilidad para aprender o perfeccionarse continuamente.