10 mitos que puede contarte un redactor freelance
Ser redactor freelance es una de las ocupaciones más gratas que el siglo XXI ha traído al mercado laboral. Es un trabajo que responde a las nuevas necesidades profesionales relacionadas con la expresión, al emprendimiento y el trabajo sin horarios, en donde cada quien se convierte en “su propio jefe”.
A pesar de los evidentes beneficios con los que un redactor freelance puede contar, también existen algunos mitos que desprestigian el rol de este trabajo. En esta línea, a continuación revisa estas 10 mentiras que un freelancer puede contarte.
1. “Nadie me supervisa”
Es verdad que un redactor puede trabajar de donde “quiera”. Sin embargo, lo anterior no significa que sea un trabajo exento de reglas en donde cada quien hace lo que quiere. La labor de un redactor freelance tiene plazo definidos y requisitos -que a veces son bastante exigente- que condicionan su trabajo.
A pesar que algunos incluso sean “independientes”, siempre necesitarán alguna opinión o mano ajena para mejorar su producto.
2. “Son personas desempleadas”
La primera paradoja en este mito es que el trabajo de redactor, ya es un trabajo -el propio nombre lo dice- por ende, no está desempleado. El concepto del contrato, la oficina y la relación directa con los compañeros de trabajo, hacen que el trabajador freelance pierda credibilidad y no sea considerado como un trabajo “serio”.
3. “Es un trabajo para personas más flojas”
La pereza es un enemigo para cualquier trabajo. Y en caso de los freelance, esta puede arruinar su labor por completo, puesto que es un trabajo que requiere mucho compromiso y responsabilidad. Incluso muchos freelancers son personas que trabajan en proyectos de innovación y emprendimiento, que no gustan de los horarios fijos y las oficinas, pero que sí son bastante activas y comprometidas.
4. “Trabajas todos los fines de semana”
El tiempo solo depende de la organización del freelance. Algunos prefieren los fines de semana (porque son los únicos días que tienen libre), otros prefieren trabajar de madrugada, otros durante la tarde en algún café o universidad; la hora y el lugar solo depende del redactor.
5. “Al trabajar en un computador, sueles distraerte”
El hecho de ser freelance te obliga a organizarte y dedicar tiempo especial al trabajo. El compromiso es tan grande que muchos hacen su trabajo sin problema de distraerse, de manera que pueden conectar su profesión incluso con las redes sociales, considerándolas como un complemento antes que una distracción.
6. “Es difícil hacer amigos con este trabajo”
¿Y es fácil hacer amigos en un trabajo presencial? Todo depende. Sin embargo, los freelancers suelen conocer a otros o recomendarle a sus amigos a formar parte de este trabajo. Las ocupaciones en común siempre generan lazos y este caso no es la excepción.
7. “Es un trabajo que se extinguirá en pocos años”
Todo lo contrario. El freelance tiene gran proyección dentro de los avances tecnológicos y es una forma de trabajo que ha demostrado grandes dotes de emprendimiento, además de ser sostenible. Si bien dentro de unos años se implementará de manera distinta, esto se relaciona con la evolución, y está muy lejos de la extinción.
8. “Estás en pijama todo el día”
La verdad es que muchos freelance experimentados suelen trabajar en universidades y co-workers, puesto que el entorno de la casa no suele ser inspirador -y el pijama tampoco-. No obstante puede que algunos trabajen sentados con su computador portátil sobre la cama… ¡todo depende del redactor!
9. “Siempre sé cuanto dinero ganaré”
En realidad este tipo de trabajos, al ser tan flexible, no genera un ingreso fijo. Todo lo contrario: a veces ganas mucho y otras veces poco. Depende del esfuerzo y las oportunidades.
10. “Prefiero trabajar en una oficina”
Una vez que te conviertes en freelance, es muy difícil que te acostumbres a los horarios, protocolos y jefes. El trabajo de un redactor freelancer es más ahorrativo, por ejemplo, que alguno presencial. No necesitas pagar pasajes, almorzar afuera o gastar dinero en ropa para ir a trabajar.
Este es un trabajo “libre”, que te permite expresarte, organizarte, sentirte independiente ¿por qué volver a una oficina tradicional cuándo puedes crear desde el lugar que consideras más cómodo e inspirador?